LA SALUD Y LA SEXUALIDAD

Las investigaciones sobre los efectos del placer sexual en la salud demuestran que previene el infarto, combate la depresión, ayuda a perder peso, mejora la memoria y ayuda a envejecer con buena calidad de vida, así como también previene la arterosclerosis, dolencia caracterizada por el cúmulo de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos y fortalece el sistema inmunológico, concluyendo que un buen sexo hace bien para la salud.

Todos estamos de acuerdo que una buena alimentación, ejercicio y control del estrés son ingredientes recomendados a través de los años por los especialistas como buenos hábitos para vivir más y mejor, pero la tendencia actual de los médicos es sugerir un nuevo ingrediente a esta lista: el sexo.

El doctor Reed Moskowitz, afirma que “Las relaciones sexuales tienen efecto terapéutico” Cualesquiera que sean los síntomas que presente una persona dolor de cabeza, dolor de espalda, depresión. Una buena vida sexual puede ejercer un efecto saludable sobre ellos”. Algunos estudios preliminares indican que la actividad sexual fortalece el sistema inmunitario, alivia el dolor, mitiga algunos tipos de migraña y tiene consecuencias psicológicas positivas.

Moskowitz, cree que, durante el coito, el sistema nervioso secreta unos analgésicos naturales llamados endorfinas. “Estas sustancias producen un estado curativo y de relajación en todo el organismo, dándole así la oportunidad de regenerarse”.

El deseo aumenta la liberación de hormonas sexuales (estrógenos en la mujer, y testosterona en el hombre) y de adrenalina, hormona que prepara al individuo para el acto sexual. La circulación sanguínea aumenta, y la región genital, llena de sangre, se dilata.
A la mujer se le hincha la vagina y al hombre se le erecta su miembro. La endorfina es responsable de la sensación de placer y satisfacción.

El nivel máximo de liberación de esta sustancia corresponde al orgasmo. 
Es el momento en el que todas las células nerviosas del cerebro descargan su contenido eléctrico, provocando el relajamiento físico total. La mujer, durante el clímax también libera otra hormona, llamada oxitocina, responsable de la contracción del útero.

El acto sexual satisfactorio produce un cambio positivo en nuestro organismo. 
La liberación de estas hormonas redunda en el buen funcionamiento de muchas partes de nuestro, especialmente en el sistema inmunológico.

Se conoce que al momento de producirse esa gran descarga homonal durante el acto sexual aumenta la producción de células fagocíticas, que combaten enemigos como virus y bacterias, y también de las que sirven para, identificar, controlar e impedir la proliferación desenfrenada de células cancerosas...

El resultado de esto se debe a la relación que existe entre las emociones y la salud física. Las emociones, negativas ira, angustia, sentimientos de culpa, tristeza desencadenan una respuesta de estrés provocada por la descarga de adrenalina. “Cuando eso ocurre crónicamente”, “se produce un efecto negativo en toda la fisiología, que con el tiempo debilita la función del sistema inmunitario”.

Los efectos que tiene el sexo sobre el estado emocional son grandes, cuanto mas feliz se es en la cama, más feliz se es en la vida, es por eso que las mujeres con una vida sexual plena presentan más disposición al trabajo y tienen buen humor
“La falta de satisfacción sexual debería ser objeto de estudio como posible factor de riesgo para la aparición de enfermedades cardiacas”.

En un estudio realizado con 100 mujeres que estaban en tratamiento tras sufrir un ataque cardiaco, 65 de ellas informaron que habían sentido insatisfacción sexual antes de su hospitalización. En otro estudio, efectuado con 131 hombres, dos tercios dijeron que habían experimentado problemas con su sexualidad antes de sufrir un ataque cardiaco.
“Las relaciones sexuales vigorosas son como una sesión corta de ejercicios”. Así, por ejemplo, una mujer de 55 kilos puede quemar hasta ocho calorías por minuto al hacer el amor; y un hombre de 80 kilos, hasta 12 calorías.

El doctor Dudley Chapman de la Universidad de Ohio, dirigió un estudio de un grupo de mujeres que padecían cáncer de mama. Descubrió que aquellas “que se sentían satisfechas con su vida íntima presentaban niveles más altos de células T glóbulos blancos que desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento del sistema inmunitario y vivían más tiempo” que aquellas que se sentían insatisfechas.

Diversas investigaciones han demostrado que el estrés deteriora el sistema inmunitario, por lo que el organismo se vuelve más susceptible a las enfermedades, desde los resfriados hasta la hipertensión y las úlceras. El coito contrarresta el estrés y produce una relajación corporal completa. Pese a que el efecto dura sólo unas cuantas horas con las relaciones sexuales regulares el estrés disminuye progresivamente.

En el caso de algunas mujeres, las relaciones sexuales pueden mitigar el síndrome premenstrual (SPM). Entre seis y siete días antes de la menstruación, el flujo de sangre a la región pélvica aumenta y ello puede producir inflamación y calambres. “Durante el orgasmo, la s contracciones musculares hacen que la sangre salga rápidamente de la región pélvica y se reintegre a la circulación general, con lo que disminuye la tensión”, explica el doctor Franger.

“El orgasmo es un analgésico natural”, afirma la enfermera Beverly Whipple, de la Universidad de Rutgers, de Newark, nueva Jersey. En una investigación llevada a cabo con mujeres que sufrían dolorosos padecimientos como artritis crónica y esguince cervicales, la señora Whipple descubrió que el orgasmo elevaba notablemente el umbral del dolor.

Ella explica que el sistema nervioso central libera las mencionadas endorfinas durante la estimulación sexual. “Estas sustancias bloquean el dolor”, indica. Los mecanismos que generan esta acción terapéutica de las relacione sexuales son temas de discusión entre los investigadores. Según una hipótesis, las endorfinas liberadas por el orgasmo viajan hasta centros receptores diseminados por todo el organismo y producen un efecto semejante al de la morfina.

Hacer el amor también tiene un efecto fuertemente sedante. Sosiega el cuerpo de inmediato y ayuda aliviar el insomnio. “El acto sexual es el relajante por excelencia”. “Cuanto más placentero y más vigoroso es, más fácil resulta conciliar el sueño”.
La salud mental también se beneficia con una vida sexual satisfactoria, lo demuestra una investigación del Instituto de Estudios avanzados sobre sexualidad Humana de San Francisco, con 37.500 adultos.

En dicha investigación se ha comprobado que los individuos que disfrutan de una vida sexual son menos ansiosos, violentos y hostiles, y muestran menor propensión a culpar a otros de sus infortunios.
“Con el paso de l tiempo, los cónyuges aprenden a comunicar sus necesidades, lo que los ayuda a ser menos inhibidos, más espontáneos y más capaces de satisfacer los deseos del otro”.

Como es de esperarse, estos sentimientos se extienden a la pareja y se reflejan en la relación, donde, una vida sexual en la que hay ternura hace que broten las mejores cualidades de cada uno y cuando eso sucede las enfermedades del cuerpo y del alma sanan más fácilmente.