Dejando atras la niñez

¿Qué te parece tu cuerpo? Ponte frente a un espejo y obsérvalo. Ese reflejo que ves, eres tú. Es la parte visible de tu persona y puesto que siempre irá contigo es muy importante que aprendas a conocerlo y a amarlo cuanto antes, a respetarlo y a hacerlo respetar.

Si de la noche a la mañana tu cuerpo parece caminar por su cuenta, y empiezas a sentirte incómodo(a) dentro de él, no te preocupes demasiado: estás en plena pubertad. Eso quiere decir que vas a ser espectador, en primera línea, de las magníficas transformaciones que van a producirse, y que harán de ti un ser único y especial.

Estos cambios van a ser muy profundos y abarcán a toda tu persona: cuerpo y mente. Tendrán que encontrar tu sitio en ese nuevo espacio físico que ocupas (¡ya no cabes como antes en las rodillas de papá o mamá!), pero también deberás encontrar tu sitio en ese nuevo sistema de pensamientos. Esto suena más complicado, ¿verdad? Tienes razón, pero no temas. Crecer por dentro es lo que llevas haciendo desde que viniste al mundo, la diferencia es que antes el desarrollo era más lento y en todo momento te sentías protegido por tu familia. En esta etapa el proceso es más complejo y en poco tiempo ocurren muchas cosas: debes aprender a responsabilizarte más, hacerte cada vez más independiente porque  el objetivo es que llegues a ser una persona autónoma. No estás solo en esta tarea:papá, mamá, hermanos, amigos, profesores estarán dispuestos a ayudarte siempre que lo necesites.

tu adolescencia se convertirá en una  experiencia irrepetible: disfrútala con mucha calma y saboréala extrayendo de ella lo mejor.